
La respuesta de Leopoldo María Panero
Si de vampiros se trata,
soy la tristeza, la muñeca con los ojos
de la niña muerta, o quizá
esa horrible corbata sobre la mesa.
El tatuaje que no sana,
el pedo que el ano no saca,
el moco o la caca.
Aquí siempre pero etéreo,
como las películas que nunca viste,
el gato que a tu mamá se llevó,
el beso que tu esposa se tragó,
la dolorosa derrota
en la guerra contra los patos.
He llegado.
HEDME aquí.
Lo que dirá la crítica o el lector educado sobre este intento de poemario
Flojo desempeño de la selección mayor,
dirán los periódicos. FLOJÍSIMO poeta,
dirán, aquel que imita la cuecha del otro,
sea por diversión, pretensión o, sencillamente,
por copión.
¿Qué valor tienen estas líneas,
qué valor tienen estas frases,
si se trazan con los signos del Otro?
¿Hasta dónde será capaz de llegar?
¿Hasta el Premio Nacional?
Que dios nos salve de afrenta tal,
que no puedo respirar,
que le den un premio con el cual se pueda comprar
un par de zapatos,
una astilla,
o un hilar,
con versos que le robó a otro
que su esposa tragó
que a su madre perdió.
No. Eso no debe pasar.
Que me lo saquen de acá.
Que le prohíban publicar.
Esto no es poesía.
Es un atraco.
Poemas cotidianos,
en donde se mencionen
el café y/o los cigarros,
les pongo el check.
Poemas con versos catotosílabos,
referencias clásicas, que no hablen en vos,
les pongo el check.
Poemas de monstruos o espectros,
tomando el estilo de un poeta español famoso,
que a la vez es un monstruo o un espectro,
les pongo el check.
Poemas con más ritmo
que una tanga de Celia Cruz,
les pongo el check,
que sepan
que soy un poeta latinoamericano.
Poemas filosóficos,
con ritmos pegajosos
y pedagógicos,
les pongo el check.
Lo envuelvo en papel,
lo subo al Interné
lo mando a certamen
pa’ que gane el Casa de América,
aunque sea el de Cuba,
o cualquier mierda que lleve el nombre de Pablo Neruda,
lo que sea.
Que recuerden, queridos miembros del jurado,
que soy latinoamericano,
necesito la guita, la money,
que me tiendan la mano,
pa’ que me saquen de esta maldita tierra,
pa’ hablar mierda de todos
con la mano en la pierna de una güilita.
¿Qué son cinco mil o diez mil o veinte mil
dólares, para el siguiente José Emilio Pacheco?
Me rompo el lomo,
me quiebro el rezo,
que me lo merezco.
Mentí.
No soy el próximo José Emilio Pacheco.
Soy un poeta medio renco, al cual
se le sale lo colombiano,
lo peruano, de donde ustedes quieran,
querido jurado.
Mi tierra es su tierra,
mi ano es su ano,
y así no’lavamo’ la mano,
que se me sale lo cubano,
lo dominicano,
lo de donde ustedes quieran,
querido jurado.
También puedo ser hondureño
o salvadoreño,
ecuatoriano o boliviano,
la clase social que se necesite,
hasta acepto el premiopor desquite, pero
¡Premiadme, carajo!
Prethodni tekstovi autora: MI VIDA COMO UN MANGA SHONEN